Una persona reclama contra un cámping por haber sido mordido por un peculiar animalito.

Que un hincha de Newell’s o de River se enfrente por estos días a uno de Rosario Central no sorprende a nadie. Pero que una nutria ataque a un simpatizante auriazul es al menos curioso. No es chiste. El hecho ocurrió y no tuvo que ver con el folclore futbolístico si bien ya cosechó bromas y chistes a granel. Sucedió el mes pasado en el Caribe Canalla, la playa del Club Atlético Rosario Central, de Génova y el Paseo Ribereño.

El hombre mordido en una mano presentó una carta al presidente del club, Norberto Speciale, a quien le pidió una junta médica privada a fin de que se evalúe el grado de incapacidad que padece. Desde la comisión directiva de la entidad se expresó que «el tema parece ser una burda maniobra de la industria del juicio».

Según la denuncia, el 4 de abril Miguel Leiva se encontraba en el sector de ribera del club cuando unos chicos le indicaron que en la playa había una nutria. «Por tal motivo me dirijo hacia donde estaban jugando estos chicos y trato de espantarla por una cuestión lógica de seguridad para ellos. En ese momento, cuando me acerco para ahuyentarla, salta sobre mi mano derecha y me muerde», relató el hombre, patrocinado por la abogada Mariela Fernández.

Luego del accidente, y según suscribe la víctima, fue atendido por una empresa de emergencias en salud y se trasladó por sus propios medios al Hospital Alberdi, donde tuvieron que suturarlo debido a la profundidad de la lesión. LaCapital quiso hablar con él o su abogada para obtener más detalles del episodio, pero ambos se negaron a hablar «por el momento».

En realidad al señor no lo mordió una nutria sino un myocastor coypus, un animalito peludo, de unos 60 centímetros de longitud y cola larga conocido vulgarmente en América del Sur como coipo, quillá, castor de pantano o falsa nutria. Se trata de un roedor, carnívoro, que se siente más a gusto en el agua que en tierra.

A estos datos extraídos de internet se sumaron los de la directora del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), Diana Bonifacio. «Los coipos son animales silvestres, de sangre caliente (o sea mamíferos) que pueden transmitir rabia. Por eso ante una mordedura de estos ejemplares, que no pueden observarse porque no están bajo custodia, hay que acudir inmediatamente el servicio antirrábico del Hospital Carrasco para iniciar un tratamiento».

Un allegado a la comisión directiva del club destacó: «Esto no es serio. Nos estamos riendo desde que llegó la carta. Estamos acostumbrados a la industria del juicio, pero ya que metan a una nutria en el medio es mucho. Creo que hay que tomarse esto en serio y defendernos en la Justicia, habrá que encontrar a la nutria para que pueda atestiguar». Los jueces tendrán la última palabra.

(Fuente: Uno Santa Fe)